(...)
47. paragrafoa.- ana, -ano terminaciones muy frecuentes. En la reja de San Millán hay los siguientes ejemplos: Andiggana, Antezana, Arcillana, Argillana, Audicana, Durana, Erdongana, Eurtipiana, Li-cingana, Logrozana, Lopeggana, Maturana, Meiana, Mandoiana, Paterniana, Suvillana, Urvíllana, Villavizana; Guzkiano, Kerríanu, Luviano, Mengano, Zeriano, Zurbano', Adanna y Erretanna (actual Retoña) están escritos con doble n. Es digno de señalarse la total ausencia de h en ellos, extraña en un documento en que tanto abunda esa letra. J. Caro Baroja los considera formaciones latinas en -ana, -anu(s) sobre antropónimos; los en -ano se referían fun-damentalmente al fundus, mientras que las formaciones en -ana in-dican el lugar «donde existieron villas más importantes como construcción, es decir, urbanas» (Mat. 85-95 sobre todo). Hago la salvedad, sobre la que insisto en otro lugar, de que a mi entender hay topónimos vascos en -ano que no deben incluirse aquí (Echano, Elcano, etc.). pues en ellos -a- pertenece al tema (nombres en -a, -e, -o) y el suf. es -no (hay varios ejemplos de grafía -nno en documentos medievales). Apellidos: Antezana, Durana, Herdoñana (Ordeñana. Ordoñana), Marzana (de Mardus), Maturana (de Matur(i)ana), Puyana (Pujona): Aguiriano, Antuñano (de Antonius), Arellano (Aurelius), Barañano (cf. top. Barañain en Nav., de Veraniam), Barbachano (Barbatianum), Berendano. Burundano (cf. acaso ap. Furundarend), Cancano (Peñagoricano), Guirguillano (Virgilius), Libano. Uquiñano (top. Uquiniano, Nav., de Ucirdus), Lubiano. Maríndano, Miñano, Pomiano, etc. Piel en sus «Nomes de possessores latino-cristâos» propone incidentalmente etimologías para algunos nombres de poblaciones vascas: hay que corregir las que ofrece para Ormijana y Subijana en Al. en vista de las formas an-tiguas ya citadas Urvillana y Suvillana. En algún caso -o. o mejor dicho -io, es var. de -iano: así en Durandio junto a Durandiano y Ceberio (doc. Ceberiano, actual Ceberio, Vizc., sin duda de Severianum). La caída de n intervocálica es normal en las formas populares (cf. Iturriza, 326: «feligresía de Lamindano, bulgo Laminao») y en alguna ocasión ha prevalecido en las oficiales. Detrás de i, vocal o consonante, -ao se reducía a -o (v. 471): top. Zipirío, ermita de S. Cipriano en Tolosa. Queda mucho que aclarar en cuanto a la etimología precisa de los nombres en -ana. -ano de origen latino. Véase el art. citado de Mª Lourdes Albertos, con nuevas explicaciones, y FLV 4(1972), 20 ss. En alavés Urtupiña, en 1025 Eurtipiana, el nombre será Eutropius.
596. paragrafoa.- zabal «ancho», sust. «plazoleta»; Zabala (Zavala), Zabalaga, Zabalbeitia, Zabalburu, Zabale, Zabalegui, Zabalia, Zabalinchaurrieta, Zabalo (Zaballo), Zabaloa (Zabalua, Saballue), Zabaloaga, Zabalondo, Zabalotegui, Zabalza, Zabalzaga; Eneco Fortuniones de Zaualdica (Nav., 1152). Muy corriente también como segundo elemento: Aranzabal, Arechabal, Arrizabalo, Atezabal, Egoscozabal, Gardeazabal, Iraçabal, Narzabal (y Nazabal, de nar, var. de la(h)ar), Raizabal (Reizabal), Sorozabal, etc. En cuanto a la -ll- de Zaballa (Zavalla), etc., la escritura con doble l ante un sufijo, que es frecuente en documentos medievales, indica probablemente una pronunciación geminada. Así Monnio Zabulla (CSM comp. 2, año 1062), S. Johanem de Zavalla (CSM 37, año 945), Harizavallaga (Alava, 1025), Lacuzaballa (CSM 187, año 1067), etc. No tiene pues nada de particular que esta -ll- en zona de habla romance haya evolucionado de igual manera que la de origen latino: lat. castellun, vasc. gaztelu, cast. castiello, castillo. Hay efectivamente topónimos Zaballa en Logroño (Valgañón) y Burgos (Barbadillo de los Herreros). V. ap(h)al. En el Béarn hay también un arroyo Larçabaig (< Larzabal), cuya consonante final ha recibido el mismo tratamiento que lat. ll en esa posición. Berasco Aoçauala, Artajona, XX hacia 1173: «que tiene la boca ancha» (cf. Domingo Baruaamplo. Caparroso, 1280) o «abierta».
(...)
Zer:
Non:
Jatorria:
M.AV