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El espacio comunal, propiedad de la comunidad vecinal de un valle, municipio o concejo, vino constituyendo desde tiempos muy antiguos una de las principales fuentes de ingreso para los concejos y de subsistencia para la población. Las formas de aprovechamiento fueron muy diversas, tanto por los bienes congozados (madera, leña, helecho; pastos, hierbas, aguas; piedra, yeso, esparto; cultivos, caza), como por la superficie, tiempo de goce y beneficiarios. En la explotación y aprovechamiento del comunal jugó papel importante la distribución o reparto periódico de lotes (de tierra o leña) entre vecinos, hecho generalmente mediante sorteo (de donde sors, sorte(m), suerte). Las suertes de tierra recibieron distintos nombres: parcela, tabla, lote, quiñón u otras. La superficie de cada una dependía del espacio disponible, del número de vecinos y de otras circunstancias. En la Navarra Central debió ser común darles una superficie quinaria (cinco ¿cuartaladas, peonadas, yugadas?) (quini pro vicino). A ello deben responder los topónimos quiñón, quiñones y kiño(a), kiño(a), kiñueta, este último a veces con una s final pluralizante castellana (Kiñuetas). Aunque privatizados actualmente en muchos casos, esas tierras fueron comunales.
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Zer: Osagai toponimikoa
Non: --
Jatorria:
JIM.ESTN