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La llamada "acequia" o "río de los leños" era un canal artificial, paralelo a la margen izquierda del río Arga, desde las inmediaciones del molino de Caparroso hasta el de la Magdalena o de Ciganda. // Según antigua práctica, desde la Montaña bajaban maderos por el río Arga aprovechando la corriente; en la Magdalena colocaban una red en el río, detenían la mercancía, la llevaban al "sacadero" y la ponían en "la llana que se pila la leña de el monte que el río suele traer" (1615, AGN.: CS.SC, Leg.4, n.156). Debido a las continuas roturas de la red y al arrastre de leña río abajo, en 1588 la Ciudad abrió una acequia "desde encima del molino de Caparroso hasta el puente de la Magdalena, donde debería encontrarse con la que en la Playa y sacadero de la leña, más abajo de dicho puente, estaba abierta" (AMP.: BM, Leg.1, n.4). Concedido permiso por el Real Consejo (27 febrero de 1588), fue construida por Juan Forcén, mercadero. // Sobre la acequia o río había dos puentecillos de piedra que permitían el acceso a los molinos de la Magdalena (Actual de Ciganda) y de Caparroso (1681, AMP.: SE, Leg.18). Solamente pasaban por ellos personas y animales, hasta que en 1865 "el molinero de la Magdalena ha comenzado a usar un carro que dañará el puentecillo" (AMP.: PR., Leg. 6, n.1). // La Ciudad mantuvo incesantes pleitos con los dueños de ambos molinos. La "red" para llevar la leña fue perfeccionada en 1855 según proyecto de Pinaquy. Posteriormente el alcalde se quejaba de que el Conde de la Rosa había montado talleres de fundición en su molino de Caparroso, tenía contratada la elevación de aguas a la Ciudad, y había arrendado parte de su finca a una Sociedad Eléctrica "que consume por las noches toda el agua del río y más si hubiera", mientras Felipe Irisarri, dueño del otro molino, convertido en fábrica de harinas, necesitaba toda el agua del río para su industria (1873, AMP.: BM, Leg. 1, n.4)
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Zer: Ibaia
Non: Iruñea
Jatorria:
OV.12