Breve historia
Euskaltzaindia se fundó en pleno Renacimiento vasco (1876-1936) y en un escenario concreto (Congreso de Estudios Vascos de Eusko Ikaskuntza celebrado en Oñati en 1918), donde se reconoció el euskera como máximo exponente cultural y se ordenó su protección y promoción.
R.M. Azkue
Arturo Campion
Federiko Krutwig
Fundación
Destacadas personalidades del ámbito euskaltzale (personas que aman y defienden la cultura vasca) del siglo XIX habían apuntado para entonces la necesidad de crear una academia de la lengua (Ulibarri, 1832; Aizkibel, 1856; Abadia y Duvoisin, 1862; Manterola, 1880; Artiñano, 1886) y, en las primeras décadas del siglo XX, personalidades ilustres y la ciudadanía urgieron a que una institución de estas características fuera creada.
Finalmente, tanto investigadores foráneos (Bonaparte, Van Eys, Schuchardt, Dodgson, Gavel, etc.) como propios (Campión, Azkue, Urkixo, etc.) apoyaron el proyecto, al mismo tiempo que asociaciones civiles euskaltzales de la época (Euskal Esnaleak, por ejemplo). Gracias a todo lo anteriormente mencionado, se creó el contexto adecuado para la creación de la Academia de la Lengua por parte de las administraciones de los territorios históricos.
La primera iniciativa nació en la Diputación Foral de Bizkaia y, posteriormente, se adhirieron las diputaciones de Álava, Gipuzkoa y Navarra (1918). A raíz de ello se redactó el primer Reglamento y Euskaltzaindia fue constituida jurídicamente (octubre de 1919). Un año después comenzó su andadura la publicación Euskera, el boletín oficial donde se han venido recogiendo las normas e investigaciones desarrolladas por la Academia.
Colaboración entre Azkue y Krutwig
1919-1936
Euskaltzaindia logró afianzar su propósito durante los años previos a la Guerra Civil. De este modo, a la labor de normalización de la lengua se sumó la de crear un lenguaje literario estandarizado, aunque no se consiguió encaminar tal objetivo a través de una labor académica estable y sólida (1922). Durante aquella época, por el contrario, se realizó una gran labor en el ámbito de la difusión y conocimiento del euskera gracias tanto a las obras maestras de Azkue (Morfología vasca, 1923-1934) como al extenso trabajo de campo basado en cuestionarios fonéticos, morfológicos y lexicográficos a vascoparlantes (Erizkizundi Irukoitza, 1922 y siguientes). Los trabajos de esta época pueden ser consultados en la publicación Euskera, fiel testigo de su tiempo.
1936 y años posteriores
La actividad de años anteriores cesó completamente hasta el inicio de la colaboración entre Azkue y Krutwig, a principio de los años 50 del siglo XX (no era precisamente un contexto propicio), momento en el que se retomó la labor habitual. En aquel momento (1954) se renovó la normativa y se nombraron nuevos académicos de número y, a partir de 1956, Euskaltzaindia disfrutó de una época más apacible tanto en su actividad interna como en los encuentros o reuniones públicos (la primera de la posguerra fue en Arantzazu, en 1956).
Ampliación
1956-1968
Las siguientes décadas dieron lugar a renovadas energías y modos de trabajo: en primer lugar, la renovación de los miembros de Euskaltzaindia con una nueva generación de trabajadoras y trabajadores, a continuación, la incorporación del euskera a la enseñanza a través de las ikastolas, la revitalización de la prensa en euskera, la alfabetización de vascoparlantes, etc.
La proliferación y difusión de textos escritos en euskera hizo que Euskaltzaindia tuviera que actualizar las normas lingüísticas. El Congreso de Arantzazu (1968), sin ir más lejos, fue convocado para responder a esta demanda social, y en este congreso se ofrecieron normas básicas más sistemáticas para la unificación de la lengua escrita (ortografía, vocabulario, morfología y declinación). Todo ese trabajo fue completado en 1973 con la propuesta de una normativa para el verbo unificado.
1968-1976
El debate surgido en torno a este conjunto de normas académicas no impidió que la aceptación social de las mismas prosperase en la enseñanza, los medios de comunicación y la administración (1976-1983), en el contexto de los recién constituidos gobiernos autonómicos (Estatuto de Euskadi, 1979; Amejoramiento del Fuero de Navarra, 1982).
En la actualidad Euskaltzaindia trabaja con una organización interna más compleja y con un personal más amplio, siempre tratando de contribuir a la unificación y modernización del euskera y buscando un nivel de conocimiento lingüístico más completo (diccionario, dialectos: atlas lingüístico; onomástica, gramática, literatura…).