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OBS.- En este paraje todavía son visibles unas construcciones. Dice la tradición que aquí existió un pequeño convento de monjas. Las religiosas hallábanse en la última miseria. Poseían un coto de tierras y de monte arbolado. Acudieron las monjas al concejo de Zubiri en demanda de ayuda, pidiendo mantenerlas mientras estuvieran vivas a cambio del coto, para que lo tuvieran y gozaran para siempre jamás. Negáronse los concejantes de Zubiri, y las religiosas presentaron idéntica demanda al concejo de Urdániz. Tampoco éstos accedieron al ruego. Llegáronse por fin a Larrasoaña pidiendo albergue, y sus vecinos les abrieron las puertas, manteniéndolas hasta su muerte. De este modo los de Larrasoaña quedaron dueños del coto a partir de ese momento. Desapareció el convento, pero ellos continúan gozando de sus tierras y monte (NTCP, nº60).
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