Leku-izenak

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OBS.- Ladera noreste delmonte donde se alza la iglesia, poblada de pinos. Sin recuerdo ni vestigios de la nevera construida hacia 1661. El 4 de diciembre de 1660 fue redactado el documentao "de venta de un pedaço de larrea para haçer nebera de los vecinos y conçejo del lugar de Esparça en favor de Pedro de Azpiros, cantero", por la que vendieron por 10 ducados un terreno "para sitio de una nebera que el dicho Azpiroz trata de haçer en el, el qual esta junto a la iglesia parrochial del dicho lugar, en el termino que llaman veortegui eguia" (OV.GAL, p.179). Ver en el glosario NEVERA [NEVERA: Una nevera es una cavidad artificial, a veces una construcción rústica, generalmente situada en el monte, donde se almacenaba la nieve en el invierno, tapándola con hojarasca u otro material para defenderla del sol y hacerla durar a fin de disponer de nieve durante los meses calurosos. En los pueblos de la cuenca era muy corriente comerciar con la nieve almacenada vendiéndola en Pamplona. // José María Jimeno Jurío menciona una relación de neveras de Pamplona en los montes de Urbasa, Andía y Sarbil, en simas, leceas y barrancas (1708, AMP.: Sec. Escrituras, Leg.26, f.10): "En Urbasa: Ezcolecea, Lerdenburua, Lerdenburuguibela, lecea de la muga de Iturgoyen, Saldunze, Comarlecea, Urrespilla lecea. En Sarbil: Pozos de la persona Real y otros tres. En Andía: pozo o barranca Berain. La nieve es uno de los aprovechamientos que la Real Cédula de 20 de abril de 1688 reconoce a todos los navarros en Andía y Urbasa. // "El arrastre de la nieve, que se acumulaba y pisaba en oquedades naturales -barrancos, simas, "leceas"- o en pozos excavados al efecto, ocupaba a los habitantes de los valles montañosos durante unos cuantos días. A lo largo del verano, se iba sacando el hielo allí formado y se llevaba para vender, obteniendo con ello unos beneficios saneados. // El Patrimonial del rey solía dar en arriendo la nieve de Urbasa-Andía a un sólo arrendador, quien a su vez la vendía a distintos compradores. Allí donde la naturaleza lo permitía, los pueblos, algunas instituciones eclesiásticas, e incluso algún particular, poseían sus pequeñas "neveras" en los montes comunales, en forma de pozos, bien cubiertos de ramaje para protegerlos de la lluvia y del viento, y cerradas con puerta y llave". (MEEM, p.231)].
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